fue un placer no llegar a nada contigo
Y entonces, después de una tarde que te regalaste para pensar, escuchar (no oir, ¡¡es-cu-char!!), analizar e interiorizar: abres los ojos. Sí. Abres los ojos y te das cuenta de que la vida lo úuunico que ha hecho durante todo este tiempo es protegerte así tú hayas llorado, pataleado y te hayas puesto histérica tratando de hacer tu voluntad. Protegerte del sufrimiento, de la intranquilidad, del vacio, del desamor, de las dudas, de la inconstancia.... ¡¡de él!! ¿¿Quién en esta vida te garantiza que tooodo lo que te imaginas a su lado va a ser así?? ¿¿Quién te asegura que toda esa felicidad, armonía y sonrisas van a ser como te las pintas en tu cabeza?? Hoy, solo por hoy, agradece. Agradece por ese alguien arriba en el cielo, adentro en tu corazón o en otro planeta que sabe lo que quieres pero que solo te da lo que necesitas y lo que realmente te va a generar bienestar y a hacer feliz. Muchas veces nos sentimos castigadas y frustradas porque las cosas no se dan como queremos cuando en realidad deberíamos es sentirnos cuidadas y agradecidas por que tooodo eso que soñamos no se de. ¡¡¡Porque a veeer!!! No se da por nuestro bien, por nuestra tranquilidad y por protección... no porque la vida sea injusta. Espérate a que abras los ojos, espérate a que la vida te muestre por qué sí o por qué no; porque tarde o temprano te vas a dar cuenta. Pero en el proceso solo ten una cosa clara: entiende que muchas veces no obtener lo que quieres no es un castigo, sino una bendición. Fin.
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