merezco lo mejor y me dispongo a recibirlo
¿¿No te ha pasado?? ¿Que exiges lo que mereces y después la culpa te invade el corazón, la cabeza y la vida entera? Es muy triste darse cuenta de esto, pero muchas veces (como ahora) es más necesario que triste. En cualquier área de vida o sea cual sea la situación darnos nuestro lugar después de haber permitido dejarnos pisotear durante tanto tiempo cuesta.... y mucho. Sea un novio, una amiga, alguien de la familia o del trabajo, al principio somos complacientes, flexibles y las máaaas relajadas. ¿Cierto? Después nos empiezan a incomodar algunas conductas, confiancitas pendejas y desaires porque sentimos y sabemos que se están aprovechando de nuestra nobleza, bondad y generosidad. Pero no hacemos nada al respecto. Seguimos siendo igual de chéveres, ¿verdad? Hasta que llega un punto en el cual no aguantamos más y sentimos desde lo más profundo de nuestra alma que tenemos que darnos nuestro lugar. Que tenemos que exigir lo que merecemos. Que tenemos que dejar de pensar en el otro y pensar en nosotras mismas. Entonces: nos armamos de valor y decimos las cosas como son y como tienen que ser. Las decimos con firmeza pero con decencia. Siendo acertivas pero siendo suaves. Y ¿después? ..... Después sentimos que la embarramos, que nos pasamos, que exageramos, que fuimos malas, que pobrecito el otro porque que mala yo. Nos arrepentimos y dudamos de cada sílaba dicha. La culpa se apodera de nuestro centro y el palo que nos damos puede durar horas enteras. ¿¿Que qué?? Sí, ¡así! Estamos tan acostumbradas a dejarnos pordebajear, a que nos irrespeten y a no recibir lo que en verdad nos corresponde que cuando lo exigimos: nos sentimos malas. Hoy, sólo por hoy, aprende que darte tu lugar y pedir lo que sabes que es para ti no es sinónimo de maldad sino de respeto y amor propio. La culpa en este caso es el resultado de nuestros rollos de automerecimiento, no de ser unas brujas malas. ¡¡Tú mereces!! ¡Y mereces sólo lo mejor! Que delicia que estés empezando a ser capaz de exigirlo para así poder recibirlo. No te sientas mal, siéntete orgullosa de ti misma y sigue adelante. Lo estás haciendo muy bien.
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