QUERIDO UNIVERSO: ESTOY LISTA PARA RECIBIR TODAS TUS BENDICIONES

esos días en los que no estás ni bien ni mal, sólo respirando

Porque no te ha pasado nada "malo", nada que no hayas querido, nada que te haya podido poner a vivir mal. Piensas, reflexionas y evalúas otra vez y no... nada. Es más, si te metes en el personaje de la agradecida e introspectiva te puedes dar cuenta de que todo está bien, de que todo fluye, de que tienes todooo lo se necesita para respirar tranquilidad y estar feliz pero tampoco.... estás pasmada. Ni bien, ni mal, solo estás. No estás triste pero tampoco estás feliz, no estás emocionada pero tampoco estás amargada, no estás desconectada pero tampoco estás presente, no tienes ganas de hacer mucho pero ahí estás... dándole, enfocada y haciendo todo lo que tienes que hacer por inercia. Quieres sentirte mejor, más animada.... más ¡¡"tú"!! Pero te faltan energías, ganas o impulso para querer hacerlo en verdad. Estás medio disminuída pero no tienes porque estarlo, estás medio apagada pero no tiene explicación, estás medio aburrida pero sin sentido, estás ahí, estás solo respirando. Hoy, sólo por hoy, dejemos a un lado ese cuentico de tener que estar felices todo el tiempo. Está claro que la felicidad es una emoción que amaaamos sentir y que entendemos como "buena". Pero eso no significa que todo el resto de emociones y sentimientos, que no nos generan tanta comodidad, sean malos. Aprende a dejarte sentir, a dejarte vivir, a dejarte ser. No te juzgues ni juzgues lo que te está pasando. Lo que estás sintiendo no es bueno ni malo, simplemente: es. Como todo en la vida, esto también va a pasar y en dos segundos, dos horas o en dos días vas a poder volver a sentir tu tan anhelada felicidad. Así que por ahora aprende a observarte, aprende a conocerte, aprende a quererte... ¡sí! Inclusive cuando solo estas ahí.... respirando.
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