tú tienes el poder de decir así no es como mi historia va a terminar

Me he vuelto dura. Me he vuelto firme. Sensata. Me he vuelto leal conmigo misma. Coherente. Me he vuelto justa. No insensible: ¡eso nunca! Pero si responsable de mí misma, consciente de las situaciones y CERO complaciente. Ni conmigo, ni con nadie. De pronto 98 años después de haber(me) permitido desperdiciar tanto tiempo, rodearme de tanto caos emocional e incoherencia y haber vivido tantas experiencias tan dolorosas pero tan necesarias: por fin pude abrir los ojos. ¡¡Y agradezco por esto!! Hoy, sólo por hoy, me respeto y agradezco por mi firmeza. Algunos podrán confundirla con egoísmo, insensibilidad o hasta falta de compasión. ¡¡Claro!! Y no los culpo. Fui tan boba durante tantos años, tenía tanto miedo al rechazo, al abandono, a la soledad, al fracaso, al que dirán, a tooodo; que me convertí en el ser más complaciente y falto de caracter de todos. Claro que a algunos les hará falta la que les seguía la cuerda con cada estupidez, la que los acompañaba a todo así no quisera ir, la que les consentía la incoherencia, la que se aguantaba todo, la que les apoyaba la falta de amor propio, la que se rodeaba de cualquiera así la estuvieran usando, la que estaba para todo el mundo menos para ella, la que dejaba todo pasar y fingía que no le importaba. ¿Pero a mí? ¡A mí esa no me hace falta! Hoy me doy mi lugar y sólo quiero luz a mi lado. Tengo el alma abierta y todo mi apoyo, compañia y entrega para personas, no perfectas ni que no tengan problemas, pero sí que quieran ser su mejor versión y que tengan ganas de vivir... ¡pero BIEN! Que tengan sueños. Que vibren con colores. Que quieran salir adelante. Que quieran generar bienestar. Que no sólo estén en las buenas. Que piensen en los demás. Que se equivoquen y lo acepten. Que se caigan y se levanten. Personas reales, honestas conmigo y con ellas mismas, leales, llenas de humildad y que aporten: ¡no que quiten! No soporto la injusticia, las mentiras, la victimización, la manipulación, las máscaras, la falta de motivación y el oportunismo. No lo quiero cerca y no lo pienso tolerar ni, mucho menos, acolitar ni un segundo más. Hoy soy firme y hoy: ¿así? Me quiero más que ayer.